viernes, 29 de noviembre de 2013

La Noche Triste

Estamos en Tenochtitlán, México, a día 30 de junio de 1520, y está a punto de suceder uno de los episodios más vergonzosos de la Historia de España: la Noche Triste. Pero para ver cómo se desencadena este episodio es necesario retroceder unos meses. Concretamente al 8 de noviembre de 1519. 

La Corona española ha encargado a Hernán Cortés la conquista de México, y este, junto con su ejército, entran en la capital azteca Tenochtitlán, la actual Ciudad de México, con la intención de someter a los nativos. Moctezuma, emperador de los aztecas, recibe al séquito de Cortés pacíficamente, y tras el intercambio de regalos por parte de ambos, Cortés y los suyos se hospedan en el Palacio de Axayactl, ordenado construir por el padre de Moctezuma, y situado en el centro de Tenochtitlán, que por aquél entonces era la ciudad más grande de América, habitada por 250.000 personas, y situada en una isla en medio de un lago, como podéis ver en el siguiente mapa.




Los españoles, preocupados por la falta de una capilla en la que rezar en medio de todo aquel caos pagano, preguntan al emperador Moctezuma si pueden construirla en el mismo palacio y así poder practicar sus rezos allí. Es durante la búsqueda de un emplazamiento para la capilla, cuando un hombre de Cortés encuentra una cámara secreta tras un muro en la que se almacena un fabuloso y gigantesco tesoro, acumulado por Moctezuma desde que gobernara su padre Axayactl. Cortés ordena reconstruir la pared tras la que se haya el tesoro, y en ese mismo instante empieza a temer por su vida y la de sus hombres, por lo que ordena a sus capitanes el secuestro de Moctezuma, y así utilizarlo como moneda de cambio en caso de que haya una escalada de tensión entre los aztecas y los españoles.

Durante las siguientes semanas se sucedieron los incidentes entre los aztecas y otros pueblos vecinos aliados de los españoles, como los tlaxcaltecas, que arropados por esta nueva alianza, se niegan a pagar tributo al poderoso pueblo mexica (azteca). Una de estas escaramuzas se salda con la muerte de 7 españoles, en los que se encuentra el capitán Juan de Escalante, amigo de Cortés. Este exige a Moctezuma que le entregue al azteca responsable de la muerte de los españoles para ajusticiarle. Moctezuma, apremiado por sus notables, se niega, por lo que Cortés decide encadenarlo para poder consumar su venganza. Este hecho enfada notablemente a los aztecas, que están por entonces más que hartos de los invasores españoles.

Con estos hechos llegamos hasta la noche del 10 de mayo de 1520. Cortés acababa de volver de enfrentarse a las fuerzas de Pánfilo de Narváez, enviado por el Gobernador español en Cuba para capturarle, habiendo dejado en Tecnochtitlán a Pedro de Alvarado junto con 80 soldados. A su regreso, Pedro de Alvarado relata a Cortés que la situación con los aztecas está al rojo vivo y temen realmente por su vida. Hernán, insta a Moctezuma para que salga al balcón de Palacio delante de la multitud reunida (esa noche los aztecas celebraban el renacimiento de Tezcatipoca) y pida a su pueblo que se calme y no se levante en armas contra los españoles. Los aztecas, horrorizados ante el comportamiento de su emperador, la emprender con él a pedradas y flechazos, causándole la muerte. Muerto Moctezuma, Cortés decide ejecutar a unos cuantos nobles con la intención de descabezar a la élite de Tenochtitlán, medida que no tiene éxito ya que los aztecas eligen a Cuitláhuac como emperador, considerablemente más violento que su predecesor, y que no duda en acometer medidas de guerra contra los españoles. 

Llegamos pues a la noche del 20 de junio. En ese último mes la situación de los españoles y sus aliados tlaxcaltecas ha empeorado muchísimo. Se encuentran sitiados en el Palacio de Axayactl sin apenas alimento y rodeados por los furibundos aztecas deseando pasarles a cuchillo. Es entonces cuando Cortés toma la decisión de huir en absoluto silencio de Tenochtitlán al amparo de la noche llevando consigo el cuantioso tesoro azteca. A medianoche comienza la procesión española, cargando con el tesoro y en sepulcral silencio. El plan se va al traste cuando una anciana que había salido a recoger agua descubre la comitiva y avisa a los soldados aztecas. En pocos minutos surgen de todos los rincones de la ciudad guerreros a pie y en canoa armados hasta los dientes y con ansias de venganza. La situación es aun más crítica debido a que los españoles y sus aliados tlaxcaltecas se ven forzados a huir por los puentes que unen la isla con la orilla del lago y cargados con el oro. En la imagen se ve la facilidad para los aztecas de abatir a los conquistadores desde las canoas. Un tiro al blanco de manual.




Es entonces cuando los soldados se ven forzados a tomar una decisión, huir sin su parte del botín y aumentar las posibilidades de salvarse, o retener el oro y morir asquerosamente ricos. El espíritu quijotesco español inspiró a muchos, que prefirieron intentar huir cargados con la armadura y el oro. Todos ellos murieron, únicamente algunos de los que soltaron la carga pudieron sobrevivir. Tanto los españoles como los tlaxcaltecas fueron literalmente masacrados y el 90% del tesoro azteca se perdió en el fondo del lago. De los mil tlaxcaltecas que ayudaban a los españoles sobrevivieron menos de 100 y de otros tantos cristianos murieron 700 según el cronista Bernal Díaz del Castillo. En una batalla nocturna por un estrecho puente de madera y rodeado por numerosos enemigos solo puede escapar uno gracias a la suerte, y así fue como sobrevivieron Cortés y Alvarado, este último recogido en su caballo por Martín de Gamboa.

Se dice que al alba, llegando Cortés a la orilla del lago y a salvo, miró a su espalda y viendo los pocos españoles que le seguían, se sentó en un árbol y lloró con amargura.



Una de las noches más tristes de nuestra historia, pero sin duda la toma de decisiones de Hernán Cortés no fue nada acertada.

Los conquistadores solo tardaron un año en volver a Tenochtitlán cargados con artillería y caballería y arrasar la ciudad hasta los cimientos, pero esa ya es otra historia. Para saber más sobre la toma de la capital azteca podéis consultar estas webs:


Me he animado a escribir sobre esta historia ya que no es demasiado conocida en nuestro país, en el que desde que somos pequeños, nos omiten muchos detalles de la conquista del Nuevo Mundo, dándonos a conocer poco más que el espíritu aventurero de Cristóbal Colón. Además según he leído recientemente, el mismísimo Steven Spielberg prepara una película llamada 'Moctezuma' sobre la conquista de Tenochtitlán en la que Javier Bardem será Hernán Cortés. Nada malo...

martes, 12 de noviembre de 2013

Edimburgo de los Siete Mares

Este nombre sacado de cualquier novela de aventuras o ficción en realidad existe. Es el núcleo poblado más remoto del Planeta y se encuentra en la Isla Tristán da Cunha, en medio del Océano Atlántico, perteneciente a los territorios de Ultramar del Reino Unido. 

Esta isla se encuentra literalmente a medio camino entre Buenos Aires y Ciudad del Cabo (Sudáfrica), rodeada por, al menos, 2.000 km de agua en cualquier dirección. La razón por la que es el lugar más remoto es que el punto de tierra poblado más cercano es la Isla de Santa Helena, a 2.200 km de distancia, frente a la costa africana, también perteneciente a Gran Bretaña, en la que estuvo desterrado Napoleón los últimos días de su vida.



Tristán da Cunha es la única isla poblada de un grupo de tres, formado por la Isla Nightingale, la Inaccesible y ella misma, y tiene aproximadamente 100 km2 (unos 10 km de norte a sur y de este a oeste, para los pucelanos la distancia entre Valladolid y Simancas). La razón de que este punto sobresalga de la masa azul del Atlántico es que en medio de la isla hay un volcán que se eleva 2000m de altura sobre el nivel del mar, y está rodeada por acantilados de 600m, que hacen muy difícil el amarre de los buques. La única planicie habitable está al norte y es precisamente donde se haya Edimburgo de los Siete Mares, que posee un pequeño embarcadero.

 






Hasta ahí todo sería relativamente lógico y normal, una isla más de las miles que hay en el mundo, de no ser porque, en este peñasco, viven unas 280 personas. Para este grupo de gente la vida no es nada fácil a pesar de vivir rodeados de una naturaleza salvaje. En esta pequeña comunidad de personas únicamente hay 8 apellidos (por orden alfabético Glass, Green, Hagan, Laverello, Repetto, Rogers, Swain y Patterson), por lo que no es difícil suponer que hay una alta endogamia... ¡esta roca si que es un pañuelo! La isla no dispone de aeropuerto y el único contacto de estas personas con el exterior son los pocos barcos que llegan durante el verano austral (el invierno de nuestro Hemisferio Norte) y que les traen el correo, medicinas, libros y otros artículos que los isleños necesitan. La televisión llegó a la isla en 2001 e internet ha hecho su aparición muy recientemente, con la inauguración de un popular cibercafé. Antes de esto, los habitantes disponían de un único teléfono situado en la oficina del Administrador. Las distracciones en la isla son más bien pocas: además del mencionado cibercafé, disponen de un pub (The Albatros), un videoclub, una emisora local de radio, un campo de fútbol, otro de golf, una piscina y una pista de tenis (para un servidor no haría falta mucho más en la vida).





Otra característica única en este núcleo de población es la ausencia de enfermedades comunes en Tierra Firme como los resfriados, aunque abundan los casos de enfermedades hereditarias como el glaucoma y el asma. Debido a esto, no son pocos los estudios aplicados a los isleños. Históricamente ha habido jóvenes que salieron de la isla para buscar pareja pero pocos han vuelto. En los sesenta hubo que evacuar a toda la población debido a que el volcán entró en erupción, por lo que se les trasladó a Inglaterra. Allí se enfrentaron a la vida en sociedad, enfermedades para las que no estaban preparados y un durísimo invierno que les era desconocido (Tristán Da Cunha no está lejos del Ecuador y por lo tanto existen pocas variaciones de temperatura a lo largo del año). Casi la totalidad de sus habitantes regresó dos años después a sus hogares, que habían sido arrasados por la erupción.

La economía de Tristán da Cunha es una economía de subsistencia, colectivista, en la que abundan agrícolas, pescadores y ganaderos. Aunque tienen ingresos provenientes de la Industria de la Langosta y la venta de sellos, que son objeto de deseo para cualquier coleccionista. Dado el clima y la abundancia de pasto, muchos habitantes poseen rebaños de ovejas, de donde obtienen leche, carne y lana. Poseen una escuela, donde sus habitantes estudian desde los 3 a los 16 años, y se sirven de doctores que pasan periodos de tiempo en la isla para sus cuidados médicos. No obstante, debido a la difícil forma de vida, los isleños abusan del consumo de alcohol, llegando a una media de 50 litros de whisky por persona y año.




 



La conclusión que extraigo siempre que pienso en cómo este grupo de personas conviven tan cercanos entre ellos, pero tan lejanos del resto de la civilización, es que es raro, pero podría probarse durante un corto periodo de tiempo y quizá después, al pensar en regresar a Tierra Firme, donde esperan gobernantes carroñeros, delincuentes, jefes cabrones, tráfico, estrés... podría hasta decidir uno dejar pasar el siguiente barco, aún sabiendo que el próximo no llegará hasta pasado medio año... ¿no? Yo aún no tengo claro si una vida en esta isla puede ser llevadera una vez que ya conoces lo que hay ahí fuera, ¿y vosotros?

Conocer este lugar es posible gracias a la ruta del Buque Santa Helena (http://rms-st-helena.com/) pero echando un vistazo a los precios huelga decir que no está al alcance de cualquier bolsillo. Quizá es mejor así... algunos lugares están mejor si se mantienen aislados, de otro modo podrían corromperse. No obstante, siempre nos quedará Google Maps...


PD: Debo agradecer este descubrimiento, hace ya algunos años, a Remesal, cuyo blog podéis encontrar adosado a esta entrada. El tipo me habló de Edimburgo de los Siete Mares y no pude por menos que tomarle por loco, pero como me enteré después. el lugar efectivamente existía, y desde entonces lo tengo en la cabeza, es por eso que hoy quería compartirlo con vosotros.

El punto más remoto del Planeta bien merece una visita una vez en la vida, estoy seguro de que al volver no serías la misma persona que eras cuando saliste de casa.