miércoles, 22 de mayo de 2013

Crónica de una separación anunciada

La de José Mourinho con el Real Madrid es una historia de luces y sombras. Recuerdo perfectamente aquella rueda de prensa de Florentino Pérez hace unos tres años en la que decía bastante convencido que el portugués era el entrenador idóneo para el equipo blanco. Tres temporadas después, la Casa Blanca está dividida. La mitad de los merengues piensa que aquella frase del presidente sigue estando en vigor, y la otra mitad piensa que es una auténtica falacia. Lo cierto es que muy pocos son los que han estado seguros de ella en todo momento desde aquél día, todos en algún punto han dudado de si el fin justifica los medios.

Y es que José Mourinho es precisamente eso, un fin (mejor o peor) que no justifica los medios. Durante su estancia en la capital de España ha cargado contra todo y contra todos, pocos se han salvado de sus arranques tras los micros: jugadores, afición, periodistas, árbitros, empleados del club, césped, calendario, Instituciones, el balón, Jorge Valdano, Iker Casillas... siempre había algo a lo que culpar, incluso él mismo en alguna ocasión. Por ello no es arriesgado pensar que un club tan señorial, como siempre ha sido el blanco, se merezca alguien señorial que lo dirija; y el técnico portugués no da el perfil...

La imagen del club se ha visto seriamente deteriorada en detrimento de la de su eterno rival, simplemente por el hecho de contar con este señor como Manager General. Es por eso que, durante la rueda de prensa de Florentino Pérez de hace un par de días, en la que anunciaba que José Mourinho y el club iban a separar sus caminos, solo queda preguntarse qué habría hecho falta para que el Real Madrid hubiera llamado la atención al portugués. Hubo muchas preguntas para el "presi", el cual toreó perfectamente todas y cada una de ellas, por ello es quien es, pero todos los que le escuchamos tuvimos la sensación de que el Real Madrid ha salido perdiendo en este periodo de tiempo, en cuanto a títulos y en cuanto a imagen de marca, y eso para una gran empresa como es el club blanco, puede suponer una pérdida mayor de ingresos. 

No sé qué deparará el futuro próximo a uno de los grandes de España, pero lo que es seguro es que Florentino, o el nuevo presidente electo, tendrá, o al menos debería tener, más cuidado a la hora de elegir a su nuevo representante, pues la herida que ha dejado José Mourinho en el club es profunda y difícil de curar.